Profesionales en apuros

En estos días, además de otras muchísimas cosas, estoy desarrollando un “innovador” servicio para profesionales en apuros (ya os contaré otro rato por qué entrecomillo esa palabra) por lo que hoy he sentido la necesidad de dejarme escribir unos parrafillos sobre los agobios que nos provoca lo laboral.

La situación es clara: actualmente hay muchísima gente pasándolo muy mal por el trabajo… algunos porque no tienen (o no suficiente), otros porque tienen demasiado y otros porque no se sienten bien con lo que hacen.

En el mundo de los negocios, por ejemplo, encontramos personas en encrucijadas en las que tienen que elegir entre lo malo y lo peor…. gente que después de estar en la cumbre se encuentran arruinadas, o que se ven forzadas a tomar decisiones que dañan a mucha gente…. empresas que cierran, familias que se ven afectadas por los cambios que implican las nuevas circunstancias…

En las empresas también borbotean los estreses por llegar a objetivos; relaciones enrarecidas y conflictos que enferman los resultados; incertidumbres laborales; desánimo…

Y qué decir de los autónomos…y qué decir de sus nuevos hermanos, los emprendedoresagobios, desesperanza, soledad. Tres palabras éstas que me parecen clave en todo momento de crisis que vive un ser humano, siendo la soledad la que complica las otras dos por no poder, tantas veces, hablar con sinceridad con nadie de todo ese hervidero que llevamos dentro. Tenemos personas en las que confiamos sí, pero están implicadas. No queremos preocupar/dañar a nuestros seres queridos; o éticamente no podemos compartirlo; o nos da vergüenza o tememos que nos juzguen; o simplemente creemos que hablarlo nos traerá aún más problemas.

Por último en este pobremente exhaustivo esbozo de la situación, citar a los buscadores de empleo y sus frecuentes, y tan comprensibles, ganas de tirar la toalla.

En definitiva, hay muchas personas necesitadas de encontrar nuevas rutas en la tormenta, a la vez que algún tipo de ancla para no alejarse demasiado de sí mismas. Estamos cansados (¡qué digo cansados, agotados!) de tanto luchar… sin embargo, ningún mar en calma hizo experto a un marinero.

La cuestión es… ¿cómo encontrarlas?

Sabemos que en internet hay excelentes blogs con técnicas y estrategias para gestionarnos mejor profesionalmente. Sin embargo, como también sabemos, tienen un valor limitado (al igual que pasa con los consejos para hacer dieta, por expertos que sean) ¡y muy especialmente cuando uno está en crisis!

profesionales-en-apurosPor otra parte los estudios sobre la eficacia de las diversísimas terapias que existen ha concluido que lo esencial para el cambio son los factores de relación terapeuta-cliente (Miller y otros, 1997), lo que, como tantas veces ocurre, se conocía desde antiguo (y ya en la modernidad lo recoge Jung en las siguientes palabras “conozca todas las teorías, domine todas las técnicas, pero al tocar un alma humana sea apenas otra alma humana”). Necesitamos sentirnos seguros, aceptados (no juzgados), reconocidos… y esto en sí ya provoca cambios.

Desde antiguo también, el héroe acude a un otro en busca de claridad… obteniendo siempre, desde el oráculo de Delfos hasta el sabio maestro, el mismo tipo de indicaciones: guías hacia dónde mirar, no qué ver, guías para aprender a escucharse. El otro no tiene respuestas, sí visión de tus ángulos muertos y maneras de avivar tus fuerzas para afrontar, por ejemplo, una decisión.

Así que… parece… que a veces… la manera de proseguir nuestra particular odisea es tener la suficiente valentía para pedir la ayuda más complicada: la ayuda para el alma.

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1 comentario en “Profesionales en apuros”

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