Meditación en acción y otras cosillas (Mindfulness IV)

Quedé en el post Mindfulness III en hablaros de la meditación en acción, que consiste, ni más ni menos, en aquello que os comentaba en aquella primera entrada sobre el partido de tenis, es decir, ¡estar en lo que se está haciendo!

Curiosamente esto resulta casi imposible, excepto en actividades que requieren muchísima atención como el citado partido o la escalada o tu esfuerzo intelectual favorito, de ahí que atraigan tanto.

Por eso, nos podemos proponer tareas concretas para irnos entrenando, como comer un plato con los cinco sentidos: aromas, sabores, texturas, colores… y cuando nos vayamos en los pensamientos volver al alimento como si fuéramos un extraterrestre que lo prueba por primera vez. Toda la atención posible está en las sensaciones, como en una cata de vino pero si poner etiquetas ni palabras a lo que percibo… “simplemente” siguo las variaciones de la experiencia, que momento a momento me trae nuevas sorpresas (ahora tibieza en los labios, ahora un sabor en la lengua, muerdo y oigo, de repente me sorprende un aroma…).

Parece fácil ¿no? probadlo y ya me diréis jijjij.

Otro ejercicio asombroso que puedo hacer en cualquier momento, consiste en mientras voy caminando, sentir la brisa, sonidos, olores… estando lo más atento a lo q me llega de fuera, en vez de a lo que pueda decir nuestra mente.

O, esta vez buscando una situación adecuada, andar muy despacito observando, sin hacer por modificarlo, cómo apoyo los pies (y cuando me doy cuenta de que me he distraído, volver a ello sin reproches).

Y también os invito a probar, por ejemplo, a escuchar música siguiendo a un determinado instrumento. Resulta fascinante.

En fin, se puede meditar en cualquier actividad y el camino es ir aumentando el tiempo en actitud meditativa en nuestras vidas. No obstante, todos tenemos ya algo en lo que meditamos, los hobbies de cada uno: cocinar, bailar, ir en moto, tu deporte, viajar, el sexo, leer, estudiar idiomas, recitar el rosario… aquello en lo que fluimos y luego nos deja con buena energía. Lo suyo es ir trasladando esa manera de estar al resto de momentos.

Estas técnicas por increibleque parezca, se están utilizando con mucho éxito en el tratamiento de serios problemas de salud mental y física; y, como os indiqué, para los que seáis muy nerviosos os puede ir mejor comenzar por aquí antes de pasar a la meditación sentados.

Seguiré añadiendo notas pero hoy concluyo esta “primera temporada” de mindfulness con tres parrafillos sobre obstáculos que suelen aparecer en la práctica, unas aclaraciones sobre la postura adecuada y otras sobre los fenómenos de descarga.

Obstáculos para la meditación: pereza, “no puedo” (todo el mundo puede); “no tengo tiempo” (priorizar, pueden ser sólo cinco minutos); somnolencia (si el sueño es injustificado, verificar espalda recta, levantar la vista, temperatura fresca); agitación (la mente necesita entrenamiento, así que no hay más que volver a las fosas nasales cuando uno se sorprenda distraído); dolor (si es suave, actuar con él como ante otra sensación o pensamiento); falta de perseverancia (estrategias de motivación); esfuerzo excesivo (el único “esfuerzo” ha de ser sentarse un rato) etc. Cierto es que en esta cultura donde todo se mide en productividad, parece inútil perder unos minutos haciendo aparentemente nada. Pero en otras es tan importante como comer ya que conocen mejor el funcionamiento de la mente. Y los científicos occidentales se están dando cuenta de ello.

Postura adecuada: posición vertical, columna recta; el mentón ligeramente hacia dentro y los hombros bien centrados; ojos entreabiertos en dirección de la nariz; sentado en silla, las manos reposan en los muslos, o sentado en el suelo y piernas cruzadas; boca semiabierta y lengua reposa en el paladar superior.

Fenómenos de descarga: Es muy común que al principio surjan gogoteos del estómago, bostezos, sentimientos, recuerdos, miedos…. es simplemente que al relajarnos estamos dejando que salga lo que normalmente controlamos o reprimimos. La forma de relacionarse con estas experiencias es observarlas sin emitir juicio alguno, deja que se manifiesten y fluyan libremente, sean agradables o desagradables.

Ale, chicos, a practicar! Y si queréis que os eche una mano para comenzar, escribidme 😉

Ah, textos sobre los peligros del mindfulness (qué os creíais que no tenía sombras?):  –http://meditacionmadrid.wordpress.com/2013/07/05/los-peligros-del-mcmindfulness (“Beyond Mc Mindfulness“ Purser y Loy)

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