Como parece que sólo escribo en este blog en estas fechas, se me ha ocurrido esta vez, para felicitaros las fiestas y el nuevo año, compartiros un pequeño resumen de mi 2019.
Los últimos meses de 2018 fueron complicados de salud, con más dolor y limitación del habitual. Esto hizo que mi propósito principal para el año entrante fuera “cuidarme”. Y estoy contenta con el resultado:
1º. Por primera vez hago ejercicios todos los días. Es poco tiempo pero no fallo ni uno. Lo cual es un gran éxito dada mi inconstancia en este ámbito.
2º. Llevo casi un año meditando todos los días. Y esto también es logro porque, aunque con menos recorrido temporal, me pasaba como con el punto anterior (empezaba, persistía semanas o meses y lo dejaba hasta que al tiempo lo volvía a intentar).
Y 3º. He retomado mi diario. Como el resto del autocuidado comentado, me cuesta pero gracias a mi proceso de autoconocimiento estoy avanzando en el camino de lo que me sienta bien aunque me cueste (no desde el voluntarismo sino desde un saber profundo).
Por otra parte, el octubre pasado (2018) comencé el máster Psicopatología y Clínica Psicoanalítica en la Universidad de Valladolid. Casi cancelo la matrícula por lo que os comentaba en el párrafo anterior. Pero he visto que cuando hay deseo es mejor intentar las cosas. Incluso busqué allá un asistente personal por si lo necesitaba para vestirme y demás. Afortunadamente no hizo falta y con la mochila cargada de analgésicos, artilugios tipo manta eléctrica y emociones contrapuestas, allá que me fui.
Es una vez al mes durante dos años y la verdad es que me da mucha vidilla: tanto por las clases, como por la gente (ejemplo, intercambiar inquietudes de casos, mola) y por salir de tu ciudad volviendo un poco como a la vida de estudiante (bastantes nos quedamos en la misma residencia de posgrado). En contra partida, están los problemas (accesibilidad en sentido amplio) que me encuentro cuando salgo de mi rutina. Creo que es así para todo el que tiene dificultades del tipo que sea: a las propias, se les suma las que te pone el entorno. Por suerte, hay gente amable (en sentido etimológico) que compensa.
Trabajar con pacientes es complejo. En el máster todos lo hacemos desde hace años. Y ahí estamos queriendo entender más para acompañar mejor a las personas que atendemos. Os dejo el enlace de estos estudios, muy recomendables por cierto: Máster Psicopatología y Clínica Psicoanalítica.
De todas maneras, en mi “rebeldía”, también sigo leyendo otras cosas (aunque ya sabéis que por desgracia leer no es lo mío). Mark Epstein y su integración de psicoanálisis y budismo me ha encantado (ejemplo: relacionar la actitud meditativa con la madre suficientemente buena de Winnicott).
Continúo. La consulta sigue progresando. Y ahora mucho más cómoda para mí porque Roberto me ha colocado un dispositivo para poder abrir la puerta sin tener que levantarme. Por otro lado, también me he enfocado en organizarme mejor: todos los métodos que me sirvan para compensar un poco mi lentitud “tortuguil”, son bienvenidos. Ah, en este apartado de “trabajo” no me puedo dejar tres apariciones en los medios (Retrato Sonoro en Cadena SER; Contraportada del Diario La Rioja (edición impresa); y entrevista en Noticias de La Rioja) y que Nieves, mi editora (Ediciones Eunate), se ha jubilado y tuvo el detallazo de venir a presentarme a su relevo, María Oset. Fue una reunión realmente entrañable, que me dejó huella.
Por último, sigo en época poco social (estoy pensando que yo quizá sea así y las temporadas de hiper sociabilidad sean la excepción). Prefiero estar con mi gente más cercana y de vez en cuando hacer (o que me hagan) una visita a grandes amigos que tengo repartidos por la geografía. Estas escapadas, aunque me dan pereza, me sientan de maravilla. Así como el silencio, que cada vez lo busco más. Aunque también he ido al Muwi (festival de música indie y electrónica en Logroño) y lo disfruté un montón, montón. Sigo siendo mujer de contrastes y contradicciones, jeje.
En fin, esta es la versión para todos los públicos del balance que he hecho en mi diario de este 2019. Es la primera vez que hago este ejercicio y la verdad es que me ha gustado. Creo que no lo solemos hacer por diferentes motivos. También hay que ver si a ti te ayuda. Pero en todo caso, ampararse en la “técnica del avestruz” no es buena idea. El “truco” es la actitud compasiva con uno mismo, en el sentido budista. Y esencial, no olvidar salir del egocentrismo.
Te guste o no la navidad, te invito a que “veas” lo que te rodea. Hay maldad pero también bondad. No caminemos mirando al móvil. Pasa buenas fiestas y mis mejores deseos para el nuevo año!
(Canción Bajo el Sol de Luis Paniagua)
Gracias por compartir un poco de ti ☺️ Y me hace ilusión saber que compartimos aficiones ( las mias también recientes y, como propósito para el año que viene ser constante: mi diario y meditar) Y también he hecho por primera vez el balance!!! ☺️☺️☺️
Poco más, otro año para crecer mucho por dentro Espero verte en el camino ❤️
Parece entonces que estamos en sintonía ☺️
Yo también confío en vernos pronto…con suerte esta navidad