El amor… qué es el amor? Según el que lo pronuncie significará una cosa u otra… como ocurre con todas las palabras… y especialmente las abstractas… aunque ésta sea, quizá, la más importante de todas ellas.
Para mí, recordad que os hablo desde mi mapa, hay dos tipos de amor el Amor-con mayúscula y el amor-con minúscula. El primero es la esencia que todo y todos somos… donde el bien y el mal, el tú-yo, la dualidad, no existe… donde sólo encuentro un abrazo de calidez y aceptación infinita.
El segundo es el amor humano, es decir, el Amor siempre filtrado por nuestro ego (o personalidad si queréis un término más “científico”)… por eso, el “minúscula” nos permite acceder al de “mayúscula” según momentos, según aperturas.
Dentro de éste segundo distinguiré el “buen amor” del “mal amor”, tomando la terminología de Joan Garriga. Uno produce produce bienestar y autorrealización mutuos, y construye vida; el otro, lo contrario. Son, por supuesto, los extremos de una escala en la que nos movemos. Y nos deslizamos a lo largo de ella mediante la elección de las relaciones y la construcción de éstas: es decir, cuánto más “sanos” estemos, ·mejor” elegiremos al otro, construiremos una relación más enriquecedora, y la abandonaremos/transformaremos a favor de la vida cuando se dé el caso.
Cada persona tiende más a uno de los extremos pero varía según cada relación concreta y lo que va aprendiendo. Suele ser más fácil, por ejemplo, en una relación de amistad que en una de pareja porque las dependencias afectivas son menos intensas. Y es que la variable dependencia es clave.
Todos dependemos pues queremos 1, sentir amor; 2, sentirnos amados; y 3, tener relaciones que nos den seguridad y reconocimiento. Pero el grado de dependencia depende de la medida en que nuestras vivencias infantiles han forjado en nuestro cerebro nuestra dignidad como persona (por eso repetimos patrones en nuestras relaciones).
El sentir amor es un chute de endorfinas que nos evoca al “Amor-con mayuscula” –o a las vivencias en el útero materno–, y por tanto a la sensación de completud. Esto hace que se enrede con otras cosas: nos apegamos al amor (queremos que el “amor” tenga los atributos del “Amor”) y se transforma en “necesidad” de ese objeto amado. Esta necesidad lleva a angustia (ansia por estar con él, pánico a perderlo…) y a la tristeza ante la pérdida (y me viene ahora a la cabeza las “depresiones” de los místicos cuando volvían de sus éxtasis). Poniéndome “gore”, se me ocurre la comparación del amado con la heroína: él es un medio para sentirme bien y por ello el craving (o “mono”) y el duelo de los ex -toxicómanos.
Por otra parte, como dice Lacan “amar es esencialmente querer ser amado” (anhelo que el otro me quiera aunque ni siquiera sepa de mi existencia). El sentirse amado es una necesidad del bebe para su adecuado desarrollo: existo porque existo para el otro, es el otro el que me da identidad –“Estadio del espejo” lacaniano, por citar un ejemplo de explicación psicológica; o “A fuerza de sentir que ella existía por él, él la hizo existir realmente” de Albert Camus en El exilio y el reino, como muestra de la sabiduría en la buena literatura–. Por eso me gusta tanto sentirme querida!
La contrapartida es que estamos alienados al otro: me ha mirado bien… oh, me quiere!; me ha mirado mal… oh, me odia! y me enfado, me victimizo, me someto, soy mala, no valgo… qué malo es él! o qué mala soy! Es decir, me valoro según me valora el otro (y pensad en un judío entre nazis); y me siento esclavo si he nacido con ese apelativo; o me siento orgulloso de mi mismo si soy un valorado capitán de la Gestapo.
Como escribí en el post titulado “Ego”: << “El infierno es el otro” dijo Sartre… pero sin el otro, no soy yo; y con el otro crezco. Por una parte, estamos alienados al otro; y por otra, el ego se construye sólo a través de las relaciones en la primera infancia, y es a través del aprender posterior en nuestros contactos cómo mejoramos como seres humanos.>>
Y aquí nos encontramos con el término “relaciones”… esencial en la naturaleza humana. El bebe necesita sentir una relación que le de seguridad, reconocimiento y amor (apego seguro bowlbyano), y, como he señalado antes, la calidad y cualidad de ésta(s) marcará elecciones futuras. De ahí de nuevo, la limitada utilidad de los libros de auto-ayuda.
Lo óptimo –el ideal, jeje– es ser yo, a la vez, amante y amada de mí misma… conectando con esa aceptación tierna que me sostiene incondicionalmente y me une a todos (suena muy new-age pero quizás lo habréis experimentado como flash paseando por el monte…). Así cuánto mejor me ame a mí misma, tendré relaciones más sanas ya que no elegiré desde el hambre o cualquier otra necesidad o miedo (por ejemplo, a que el otro me coma… o me abandone). Pero ojo, hablo de quererse “bien”, no de quererse “mucho”, pues el primer paso para ello es conocerse sin autoengaños para no caer en el egoísmo.
Curiosamente las relaciones son, al mismo tiempo, el mejor medio para conocerse si se pone intención en ello y se tiene presente que en esta vida siempre nos faltará algo (y es gracias a eso que seguimos viviendo…).
Hay que diferenciar, no obstante, el amor de las relaciones. Yo suelo decir que el amor en una relación nunca es suficiente… hay que ir construyéndola y viendo si va a favor de la vida… tomar distancia de los ideales (en esto la antropología nos ayuda mostrando diferentes modelos en diferentes culturas) y crear a partir de las naturalezas intrínsecas de cada uno de los implicados. Y os remito aquí, respecto al tema específico de la pareja, al breve e interesantísimo post de textos de Joan Garriga.
Quedan pendientes importantes asuntos. No obstante, mi intención en este post era exponer algunos hilos de los que podáis tirar… así que acabo estas reflexiones, quizá demasiado condensas sobre el amor, con citas y enlaces “perla”, que iré compilando a lo largo del tiempo. Espero que os sirva y, como siempre, vuestras aportaciones, pregustas y comentarios serán bienvenidos. Y recordad, como dice el lema del blog, amemos mejor la vida!!!
CITAS
EL buen amor es ese que ayuda a sobre-llevar la vida, ese que va a favor de la Vida… es ese querer lo mejor para el otro a la vez que se respeta su camino, acompañado del actuar en consecuencia desde el amor a uno mismo. GARCIA LASO.
El amor es dos decires a medias que no se recubren. LACAN.
Amar es dar lo que no se tiene a quien no es. LACAN (Jacques-Alain Miller: Amar, decía Lacan es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar, es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos, es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. / Para eso, hay que asumir su falta, su «castración», como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Solo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad)
El amor es lo que queda con el otro tras la travesía del deseo y del odio. ALBERT RAMS (Quiero decir, que creo que puedo empezar a amar cuando puedo ver «lo que sí del otr@» (deseo) y «lo que no del otr@» (odio)… me gusta, quiero, soporto, me pone, me despone…»).
¿Qué es el amor? Es la ausencia de juicio (discriminativo). DALAI LAMA.
«Amar verdaderamente a alguien es creer que amándolo, se accederá a una verdad sobre sí mismo» JAQUES-ALAIN MILLER.
Tu tarea no es buscar el amor, / sino buscar y encontrar dentro de ti / todas las barreras que has construido en contra de él. RUMI.
¿Es el amor un arte? En tal caso, requiere conocimiento y esfuerzo. ¿O es el amor una sensación placentera, cuya experiencia es una cuestión de azar, algo con lo que uno «tropieza» si tiene suerte?. ERICH FROMM.
El Verdadero Amor es el deseo de acompañar al ser amado, para que pueda llegar a ser, lo que este llamado a Ser. ANTOINE DE SAINT-EXUPÉRY.
Cuando la necesidad y el interés de beneficio dejan de ser el «motor», descubrimos si hay realmente amor. Porque el amor es el resultado de la capacidad de experimentar placer por la plenitud, bienestar y felicidad ajenas sin necesidad de recibir nada. En ese sentido no hay amor que no nos de satisfacción y así será siempre, la diferencia esta en el «modo». El Amor con mayúsculas es el «radiante», centrífugo, ese que deviene de la «riqueza» y plenitud interior. El amor habitual, con minúsculas es la suma de acciones y actitudes que desplegamos para obtener lo que sentimos que nos «falta» (desde el calor del cuerpo del amado hasta el hecho de que este allí para recibir nuestros regalos), es el amor de la miseria y su movimiento es centrípeto…. Quien pueda entender que entienda y el que no quiera, pues que se haga el gil y mire para otro lado jajaj » SWAMI OGEIHCEN DA NAA.
Love is to recognize yourself in another. TOLLE.
Las relaciones no son para hacernos felices (porque la verdadera felicidad reside dentro de cada uno de nosotros). Ellas están aquí para hacernos profundamente conscientes. Así que el Verdadero Regalo de cualquier interacción-relación, no está tanto en descubrir lo que desconocemos del otro, como en descubrir lo que desconocemos de nosotros mismos. TOLLE.
TEXTOS BREVES (y algún video)
Oda a la soltería en 7 min: «35 años y soltera» por Paula Schargorodsky – «How To Be Alone» by Andrea Dorfman and Tanya Davis (4 min)
El amor como espejo por Teca Barreiro (basado en las enseñanzas de Eckhart Tolle)
La pasión por Javier Arenas Planelles
El ideal de la “media naranja hollywoodiense” y el consumo de relaciones por Yaiza Saiz
El Amor aparece cuando dejamos de creer en los mitos del amor.
Me encanta la frase!
Gracias por una más de tus enriquecedoras aportaciones!
Mer
acabo de leerlo y me ha encantado!
gracias por el enlace
Un abrazo
Me alegra 🙂
Tu opinión es muy valiosa. Y más aún tu corazón 🙂
Hola! Muy bonito texto. Me encanta. Un saludo!